La Doctora María J. Bastianello es Jefa del Servicio de PET/TC del Departamento de Diagnóstico por Imágenes de CEMIC. En la institución funciona un equipo Philips de características únicas que fue el primero en su clase instalado en Latinoamérica. En diálogo con Revista Diagnóstico, la profesional comenta el importante trabajo multidisciplinario que llevan adelante en CEMIC, las proyecciones en materia de investigación y analiza las ventajas de la tecnología y los métodos diagnósticos en el marco de la actualidad de la medicina nuclear.
Podríamos comenzar dialogando acerca de cómo se organiza el trabajo en el departamento PET/CT
A partir de enero estoy a cargo del Servicio de Medina Nuclear en la Institución, y me acompañan tres médicos más: el doctor Nebil Larrañaga que se especializa en tomografía, el doctor Carlos Ferrarotti, en ecografía y el doctor Juan Cruz Gallo, dedicado a resonancia.
Este grupo se conformó así porque todos provenimos de diferentes especialidades, todas áreas del diagnóstico por imágenes. El Servicio de PET/CT se encuentra inserto en el Departamento de Imágenes de CEMIC.
Este hecho implica que, más allá de llevar adelante un estudio de PET/CT y en caso de que la actividad metabólica que observamos no se pueda evaluar correctamente de esta forma, se utiliza cualquiera de los otros métodos de diagnóstico para evaluar topográfica y morfológicamente la imagen en cuestión.
Estamos hablando de un trabajo netamente interdisciplinario
Eso es exactamente lo que intentamos hacer: trabajar en equipo. Estoy a cargo del equipo de PET/CT y los informes se realizan con el apoyo de todos los profesionales. Además, contamos con rotantes, los residentes del departamento en sí, y rotantes externos.
¿Cómo se lleva adelante, metodológicamente, este trabajo interdisciplinario?
Todo el equipo médico se sienta a informar. El servicio se inicia conmigo a la mañana, ya que siempre, para inyectar a un paciente que lleve material radioactivo, se requiere de un profesional con título habilitante y un permiso de la Autoridad Regulatoria Nuclear. Siempre trabajamos buscando el mejor método de diagnóstico para la evaluación de la enfermedad en cuestión, buscando el beneficio del paciente y evitando tasas de exposición innecesarias. Entre todo el equipo se elabora el informe con miradas diferentes, resultado de la conformación multidisciplinaria.
¿Cuán versátil es esta tecnología en pos de lograr diferentes tipos de diagnóstico?
Este es un equipo top de Philips, un PET-CT de 64 filas de detectores, y la institución fue la primera en contar con un aparato de estas características en Latinoamérica. El equipo cuenta con un cristal particular, que no posee el resto de los equipos, y por eso obtiene mayor sensibilidad. También tiene otra particularidad que es la de contar con un sistema TOF (Time of flight). Esto permite obtener una mayor resolución espacial de cada una de las imágenes y valorar a las más pequeñas. Hemos trabajando sobre imágenes de 2 ó 3 mm y reconfirmamos la patología por anatomía patológica.
En comparación con otros métodos, se obtiene mucha más información que antes. El equipo de Philips cuenta con dos anillos que se separan con una camilla móvil que se desplaza entre los mismos. Ese proceso permite que al paciente se le realice en poco tiempo el estudio, ya que en 20 minutos se posibilita el escaneo corporal total desde la cabeza a la planta de los pies, aun en pacientes con obesidad mórbida. Hay mayor resolución en menor tiempo y, algo muy importante: se aplica menos dosis de radiación.
¿Qué podemos señalar respecto del material radiactivo que se utiliza en el estudio?
En estos estudios el material radiactivo es tomado por el órgano a estudiar y se metaboliza. Éste es el proceso que se evalúa. Cada vez utilizamos más materiales y estamos en pleno desarrollo de nuevos isótopos en conjunto con los Laboratorios Bacon. Este trabajo mancomunado otorga una gran ventaja operativa a la hora de realizar los estudios y obtener distintos tipos de imágenes.
Actualmente estamos trabajando con FDG (fluorodesoxiglucosa) en la búsqueda de todo lo que conforma a la parte oncológica. Además, realizamos la parte neurológica que evaluamos utilizando protocolos internacionales y utilizamos FDG en los casos de pacientes con Enfermedad de Alzheimer. Finalmente, realizamos la parte cardiológica que, en este momento, se encuentra en camino a su desarrollo.
¿Están realizando algún trabajo de investigación?
En estos momentos contamos con cinco proyectos de investigación en curso. Tres de ellos responden al aspecto neurológico, todos con valoración de la patología de la Enfermedad de Alzheimer. Desde el punto de vista oncológico, estamos llevando dos proyectos en el control de nuevas drogas que hay en el mercado para tratar enfemedades hemato-oncológicas.
Hay, además, otro proyecto del que faltan definir algunas cosas pero que se encuentra cerca de implementar su desarrollo, y es algo dedicado al trabajo en el control de artritis reumatoidea y de enfermedades autoinmunes.
¿Todo el sector de medicina nuclear se encuentra en completo funcionamiento?
Absolutamente. Lo único que queda por poner en marcha es la parte de estudios cardiológicos que se concretará en el futuro mediato. La vida media de los compuestos para evaluar lo cardiológico es mucho menor, por lo tanto, debemos contar con una logística que implique que, un día, se dedique enteramente a pacientes con estas patologías.
Hay un tema clave y es que el resto de los proyectos llevan mucho tiempo ya que se trata de protocolos internacionales. Por semana se realizan de cuatro a cinco pacientes de protocolo que requieren de un trabajo de información exhaustivo.
En lo personal, es un orgullo para mí trabajar en esta línea ya que nos coloca al mismo nivel de labor que en Europa o Estados Unidos. Trabajamos con la misma performance que ellos. El Laboratorio Bacon está realizando material radiactivo al igual que se hace en Europa.
Considerando lo expuesto hasta ahora, ¿cuál es el panorama actual y el futuro inmediato de la medicina nuclear en el marco del diagnóstico por imágenes?
El gran desafío por delante es lograr un acceso total de la población a este tipo de desarrollo médico. A través de la indicación de un PET se puede estadificar, evaluar la respuesta metabólica precozmente ante un tratamiento, planificar radioterapia, o decidir conductas intervencionistas. Cambia muchísimo si se realizara tempranamente un PET a todas las personas que se les esté indicado, porque no solo beneficiaria al paciente, ante dosis innecesarias de exposición y cambios de conducta o terapéuticos de la enfermedad, sino también cuidaríamos a los sistemas de salud, evitando gastos no justificados.
Nos encontramos frente a un cambio de posicionamiento de la aplicación de la Medicina Nuclear y redescubrimos que, desde esta especialidad y con las herramientas adecuadas, podemos ofrecer una comprobada relación costo efectividad.
El desarrollo de terapias con radionucleidos es otra parte de la especialidad que continuará creciendo, a medida que se introduzcan al mercado nuevas moléculas marcadas.
La combinación de imágenes metabólicas y de terapia dirigida por moléculas afines unidas a isótopos, será el futuro de la Medicina Nuclear e irá desplazando algunas líneas de tratamiento convencionales.
