De los países de la región que esta publicación viene visitando en su corta pero intensa existencia hay uno que sobresale.
Uno donde en particular los profesionales de la salud tienen algo así como una obsesión por tener disponible a mano la tecnología de punta. Hablamos pues de Chile. A pesar de su relativa pequeña población percibimos la presencia de una vanguardia tecnológica en cada evento de la industria.
Es muy probable que la estabilidad económica chilena facilite en gran medida esta realidad. Si a Chile lo comparamos con Brasil o México, quedaría limitado a solo dos de los estados que conforman estas naciones. Sea cual fuere la orientación política que a los chilenos se les ocurra seguir, las bases de una medicina de calidad están presentes. Y lo más importante: más allá de los equipos y los establecimientos
sanitarios, los recursos humanos son lo que Chile tiene en abundancia (profesionales de la salud idóneos, humildes y trabajadores). Salvo excepciones como las hay en cualquier sociedad del mundo.
Hasta siempre