Es evidente que la actividad precisa de organismos que regulen el buen desempeño de las empresas y los centros médicos para que desarrollen con normalidad sus actividades.
Debido a la mala prensa de las actividades relacionadas con las radiaciones, la energía atómica, las comunicaciones por teléfonos celulares son sin lugar a dudas la actividades con peor reputación en el mundo, casi al borde de ser consideradas actividades criminales.
El tráfico de personas, el narcotráfico y el comercio ilegal de armas están en el podio pero peleando tranquilamente el cuarto puesto se encuentran las benditas radiaciones de nuestro día a día. Por estos motivos subjetivos y por los objetivos la industria debe colocar particular hincapié en el control estricto de las acciones en toda la cadena del diagnóstico por imágenes.