El radiólogo de urgencias desempeña un papel clave en la evaluación de las urgencias ginecológicas, ya que maneja globalmente las pruebas de imagen y ajusta su aplicación a las necesidades clínicas de las pacientes. Sin embargo, especialistas de la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM) advierten que estas urgencias suelen estar mal orientadas cuando llegan a los departamentos de radiología.

Según el Dr. Rubén Molina, radiólogo abdominal en el Hospital de Manises (Valencia), uno de los principales problemas es que los ginecólogos cuentan con ecógrafos propios, lo que lleva a derivaciones inadecuadas a radiología o solicitudes de estudios innecesarios. Además, la falta de información clínica relevante dificulta la interpretación de las imágenes, afectando el diagnóstico.
Selección de pruebas de imagen
En embarazadas, la ecografía es la primera opción, mientras que la resonancia magnética (RM) es la mejor alternativa en casos de duda, evitando la radiación.
La tomografía computada (TAC) debe usarse con precaución, especialmente en el primer trimestre, debido a la sensibilidad del feto a la radiación ionizante. Si es necesaria, se debe evaluar el riesgo-beneficio y considerar la administración de contraste yodado, que solo está contraindicado en casos de insuficiencia renal o alergias.
El uso de gadolinio en RM debe ser restrictivo, aplicándolo solo en casos necesarios y con la menor dosis posible para evitar riesgos como la fibrosis sistémica nefrogénica.
Las embarazadas y puérperas presentan leucocitosis y procoagulabilidad, con aumento fisiológico de los D-dímeros, lo que puede enmascarar cuadros trombóticos o infecciosos, haciendo necesarias pruebas de imagen para confirmar diagnósticos.
Impacto de un mal diagnóstico
Las urgencias ginecológicas son menos frecuentes que otras urgencias abdominales (digestivas, biliares o nefrourológicas) y predominan en mujeres en edad reproductiva. Durante el embarazo y el puerperio, pueden presentarse patologías específicas con mecanismos fisiopatológicos únicos, lo que dificulta su reconocimiento por radiólogos no especializados en el área abdominopélvica.
Un mal diagnóstico en patología ginecológica, obstétrica o puerperal puede tener graves consecuencias. En un contexto agudo, una hemorragia por embarazo ectópico roto o puerperal puede representar un alto riesgo de mortalidad materno-fetal. A largo plazo, un diagnóstico inadecuado de enfermedad pélvica inflamatoria puede derivar en esterilidad, dolor pélvico crónico o obstrucción intestinal por adherencias.
Principales urgencias ginecológicas
Urgencias generales
Las urgencias comunes, como la apendicitis o el cólico nefrítico, pueden ocurrir durante el embarazo. Este último es más frecuente en el tercer trimestre por la compresión del uréter por el útero grávido.
Urgencias específicas del embarazo
Cuerpo lúteo hemorrágico: Persistencia del cuerpo lúteo tras la implantación.
Torsión anexial: Ocurre en el tercer trimestre debido a la compresión del útero sobre los anexos.
Embarazo ectópico: Principalmente en el primer trimestre.
Rotura uterina y placenta previa: En el tercer trimestre, puede requerir RM para evaluar la invasión miometrial.
Síndrome HELLP: Complicación severa del embarazo con hemólisis, enzimas hepáticas elevadas y trombocitopenia.
Urgencias en el puerperio
Fiebre puerperal: Incluye endometritis y tromboflebitis séptica puerperal, que afecta principalmente la vena gonadal derecha.
Complicaciones de cesárea: Puede haber infecciones o hematomas postquirúrgicos.
Trastornos de coagulación: Tanto trombosis como hemorragia puerperal, esta última siendo la causa más frecuente de mortalidad materna en el período perinatal.
El rol del radiólogo intervencionista
En casos de hemorragia puerperal sin respuesta al tratamiento conservador, el radiólogo intervencionista juega un papel clave al detectar y tratar sangrados activos mediante embolización, evitando histerectomías y preservando la fertilidad. Esta técnica es crucial para tratar productos retenidos de la gestación, malformaciones arteriovenosas y pseudoaneurismas en pacientes con antecedentes de legrados.
Conclusión
El adecuado manejo de las urgencias ginecológicas en radiología requiere conocimiento especializado, selección adecuada de técnicas de imagen y una óptima transmisión de la información clínica. El uso correcto de la ecografía, la RM y la TAC, así como el manejo de contrastes, permite mejorar la precisión diagnóstica y evitar complicaciones. Como destaca el Dr. Molina, es fundamental evaluar el riesgo-beneficio de cada prueba y optimizar el uso de los recursos de imagen para brindar una mejor atención a las pacientes.