Del 29 al 31 de agosto se llevó adelante el Congreso Internacional de Obstetricia y Ginecología que organiza SOGIBA (Sociedad de Obstetricia y Ginecología de Buenos Aires).
Revista Diagnóstico estuvo presente en el evento y dialogó con sus responsables respecto de los tópicos centrales en la realidad en que se desarrolla la especialidad.
No hay dudas que la convocatoria al XXVII Congreso Internacional de Obstetricia y Ginecología fue un éxito. Los poblados salones del Centro de Convenciones del Sheraton Buenos Aires así lo confirman.
Varios grupos de médicos de toda Argentina y del exterior acomodan los horarios respecto de la nutrida grilla con temas y expositores muy interesantes, que formaron el núcleo de la oferta académica del evento.
Por ejemplo, el doctor Lucas Otaño, Jefe del Servicio de Obstetricia del Hospital Italiano, expuso una ponencia con el tema de problemas en embarazos gemelares, uno de los principales desafíos a nivel mundial en lo que refiere a complicaciones de embarazos.
En el aspecto de la obstetricia, estuvo presente un invitado extranjero excelente que es el doctor Gerard Visser, de Holanda, especialista en perinatología y parto prematuro, señaló Otaño, como uno de los highlights del evento en ése área. Y agregó: También hubo muchas novedades y charlas interesantes en lo que refiere a imágenes, ya que mucho del trabajo en obstetricia está concentrado en ese aspecto.
Para profundizar en las aristas clave del evento, Revista Diagnóstico dialogó sobre le cierre del mismo con el Dr. Jorge Vinacur, presidente de SOGIBA.
¿Qué evaluación, en primera instancia y en algún aspecto a destacar, realiza en este momento sobre el cierre del congreso?
Lo primero que puedo destacar es que la concurrencia fue formidable: hubo una masiva, enorme participación de los ginecólogos del interior del país. Fue impresionante la cantidad de gente del interior del país y también del exterior. Muchos uruguayos, paraguayos, muchas obstetras del Perú, de Chile. Fue realmente sorprendente. El número de personas superó ampliamente lo esperado, sobre todo porque, como ustedes saben, hubo una postergación de este congreso por la epidemia de gripe A.
O sea que, evidentemente, la oferta de temas y las características de desarrollo de esos mismos temas fueron aspectos muy atractivos, hubo mucha oferta de cursos que la gente tomó.
¿Cuáles fueron los temas que le parecieron, en términos generales, de mayor convocatoria o los tópicos más destacados?
Entre los temas que más gente atrajeron están las temáticas asistenciales, tanto las diagnósticas como las terapéuticas. Las que menos gente atrajeron fueron aquellas que eran o muy académicas o que estaban vinculadas a problemáticas de la salud pública. Pero hay un par de temas que, sin embargo, atrajeron muchísima gente: uno de ellos es lo que involucra a la responsabilidad legal. Esta fue la primer convocatoria nacional para debatir el ejercicio profesional y esto, lo que está mostrando, es una problemática de la organización del sistema de salud y del financiamiento de la salud. Los colegas de todo el país están pidiendo un cambio en las condiciones. Si un médico que está insatisfecho con su situación laboral su práctica profesional tiene una calidad cuestionable: va a atender rápido, va a preguntar poco y nada, ya que su problemática no es de llegar a un diagnóstico preciso ni mucho menos. Su práctica habitual es de atender por volumen, y esas prácticas pueden llegar a ser riesgosas para el paciente porque el médico está mal dormido o porque está haciendo muchas guardias. Esto es insatisfacción laboral y esto es lo que se planteó. No es lo mismo la insatisfacción laboral médica que la de otros trabajos Esto, realmente, nos preocupa nos enormemente y pasó a ser uno de los temas centrales en el debate de las sociedades científicas de todo el país. Realmente ha sido una cosa sorprendente. Se han presentado y hemos visto avances en diagnóstico, avances terapéuticos, cosas realmente interesantes pero nada tan trascendente o impactante como esto que acabo de mencionar.
Otro de los temas que se debatieron largamente es todo lo relacionado a la problemática del embrión desde el punto de vista religioso, filosófico, científico, biológico y legal. Y la conclusión a la que se llegó es que es un tema que no está ni en los médicos ni en la sociedad. Y que la fertilización, el destino de los embriones y la investigación de los mismos es un tema que no ha entrado en la cabeza de los médicos, ni en la cabeza de la sociedad. Y que hay posiciones que todavía son muy discrepantes lo cual significa es que es un tema que requiere mucho debate.
Otros de los puntos que se plantearon es el tema de las enfermedades generales que afectan a la mujer. Y se percibió que el problema es serio, sobre todo porque, con el cambio de las condiciones sociales y el aumento de las enfermedades, unos de los sectores donde más impacta es en la salud de las mujeres y, particularmente, de mujeres embarazadas. Estos son temas sobre los que se ha debatido, sobre los que se ha discutido en profundidad.
También se trataron cosas como las enfermedades cardiovasculares. La diabetes, la epilepsia y otras enfermedades crónicas, en las que todo ginecólogo ya no está más ausente, porque es la problemática que le está llegando al consultorio.
¿Se debatió desde el punto de vista de nuevos protocolos desde la ginecología para esto?
Lo que se debatió es hasta donde puede atender un médico ginecólogo. ¿Cuál es el límite? ¿Cuándo derivar, o cuándo pedir ayuda, o cómo salir a buscar este tipo de enfermedades? Hasta dónde llega la responsabilidad del especialista que se supone que es el médico de la mujer?
Son temas que se siguen debatiendo. Sí se han presentados protocolos interesantísimos en temas puntuales de la especialidad, tanto en obstetricia como en ginecología. Protocolos diagnósticos, protocolos terapéuticos. Se han mostrado tratamientos sumamente exitosos, se han exhibido situaciones raras que requirieron debates muy interesantes desde el punto de vista ético y tecnológico. Se implementaron tecnologías, por primera vez en el país, tecnologías novedosas para la asistencia de embarazo de muy alto riesgo. En fin, se han mostrado avances.
¿Qué conclusión final puede elaborar respecto de este evento y del trabajo de la sociedad en adelante?
Nuestra conclusión final es que desde SOGIBA creemos que esta concurrencia masiva debe traducirse en tres cosas que serían fundamentales. La primera sería invitar a todos los médicos, que aún no se han incorporado a SOGIBA, a que se incorporen y que se presenten a la acreditación periódica ya que es la única manera de asegurarle a la población, a las mujeres, profesionales que estén autorizados y actualizados para seguir asistiendo. SOGIBA es la única institución que está en condiciones de garantizar la calidad profesional en este sentido. Ninguna otra.
Por otro lado, nos proponemos empezar a certificar instituciones. Hay muchos lugares en donde se asisten mujeres y niños recién nacidos que no reúnen las condiciones básicas de seguridad. Esto que creemos que el Estado no está cumpliendo, no está llevando adelante los controles adecuados, es lo que desde SOGIBA pensamos salir a cubrir.
Finalmente, SOGIBA se ha comprometido a participar, a través de las instituciones que correspondan, para lograr mejorar las condiciones de trabajo de los profesionales médicos, de los tocoginecólogos. Y este es un objetivo estratégico que nos hemos fijado como prioritario. Mejorar las condiciones de trabajo porque, de esta manera, podemos garantizar mejorar la calidad de atención que reciben las mujeres.
Link de acceso: www.sogiba.org.ar