sábado 14 diciembre, 2024

Un importante espacio para la educación y la experiencia de jóvenes radiólogos.

La doctora Virginia Fattal Jaef es médica radióloga, oriunda de la ciudad de Rosario, y se desempeña actualmente como Jefa de Residentes en Radiología  en el Hospital Italiano de Buenos Aires. Durante el último congreso de Radiological Society of North America (RSNA) realizado en Chicago en el mes de noviembre pasado, participó de uno de sus programas educativos para jóvenes radiólogos. En esta charla con Revista Diagnóstico, cuenta cómo fue la experiencia, además de echar luz sobre diferentes puntos de su labor cotidiana.  

Comencemos dialogando acerca de la beca para la que aplicó en el marco del último congreso de RSNA…
La beca a la que apliqué se denomina IRIYA program (Introduction to Research for International Young Academics) que es un curso de introducción a la investigación para jóvenes académicos extranjeros. Ellos seleccionan de 15 a 17 personas fuera de Estados Unidos y Canadá. Los aplicantes tienen que ser radiólogos jóvenes que estén en la residencia o a no más de tres años de haberla concluido. El único requisito, además de lo señalado, es enviar un formulario con datos personales y con recomendaciones antes del mes de abril. Cerca del mes de julio avisan a la persona si fue seleccionada. Se eligen diecisiete personas; tuve la suerte de compartir la experiencia con gente de muy distintos lugares del mundo. Hay otros treinta seleccionados que son norteamericanos o canadienses, ya que ellos dividen el programa en dos: internacional y local. Es un programa que lleva siete años y consta de un curso intracongreso donde, de lunes a jueves, se participa de clases especiales sobre investigación y acerca del aspecto más académico de la radiología. El resto del tiempo es libre para poder participar de todo el congreso de RSNA en sí.
La beca comprende un monto de mil dólares para solventar los gastos de pasaje, además del alojamiento en hotel y la inscripción al congreso. Es importante señalar que el jefe de cada servicio puede proponer un solo candidato por año. El programa está organizado por el CIRE (Committee on International Relations and Education), división que pertenece a RSNA, obviamente.

¿Este curso tuvo algún eje rector, varía respecto de cada año o es siempre el mismo, temáticamente hablando?
El alma mater del curso es que la gente se interese y comprometa con la investigación, que la asuma como joven profesional para llevar adelante en su carrera como aspecto sustancial de la práctica diaria. Los americanos tienen un gran debate en este momento, que consta en si realizan práctica privada o se dedican a lo académico; esa discusión tiene una presencia muy fuerte en el curso.
El grupo de docentes puede variar de año a año, no así la idea rectora de este curso.
Tuve la suerte de capacitarme con eminencias de la especialidad y, obviamente, estos eventos abren un panorama para el crecimiento en la educación y el conocimiento y la relación con cantidad de profesionales de otras latitudes; así se aprecia como se trabaja en cada lugar o como se llevan adelante las mismas cuestiones en los distintos países.

¿Cómo fue su experiencia en la RSNA en sí, más allá del programa al que aplicó?  
El Congreso RSNA fue una increíble experiencia en sí. Yo no había podido participar nunca y fue mi primera vez también en el evento.
Me llamó mucho la atención un espacio dedicado exclusivamente a imagen molecular (Molecular Imaging). Fue un tema que tuvo mucha jerarquía en el congreso y la verdad me hubiese gustado contar con más tiempo para participar en él.  
También me gustó muchísimo el espacio que dedican a los residentes. Tienen todo preparado para que el residente aproveche desde lo educacional, pasando por los exhibits o los hands-on. Todo se nota muy cuidado en pro del residente.
Y, finalmente, me impactó, obviamente, la magnitud del evento.

Considerando que el congreso es una vidriera a un tema fundamental en la especialidad como es el desarrollo tecnológico, ¿cómo se vive, desde la función específica que le compete como jefa de residentes, la relación del radiólogo con la tecnología y cómo se aplica desde el punto de vista educativo para lograr la optimización en el trabajo cotidiano?
Creo que, en nuestra especialidad, somos esclavos de la tecnología. Dependemos mucho de los avances y de los equipamientos para brindar una mejor atención. Obviamente, debemos ser concientes de que no en todos lados contamos con el mismo nivel de acceso a la tecnología.
Como jefa de residentes, trato que valoren el recurso, pero siempre buscando inculcar que seamos concientes que es un privilegio poder acceder a él y que no en todos los lugares del país se trabaja de la misma forma.
El tema central es no dejar que la tecnología haga lo que uno debería saber hacer. Si uno dispone del recurso para apoyar su diagnóstico y para brindar una mejor atención, bienvenido sea. Pero uno debería, por la tecnología, incluso, estimularse a aprender y registrar que hay herramientas que no todo el mundo tiene y así combinar bien las dos cosas.
En cuanto a lo académico, contar con acceso a la última tecnología permite obtener mejor calidad de imágenes, poder dar buenas clases con casos atípicos como ejemplos o realizar estudios de alta complejidad. En síntesis, la tecnología es fundamental en la disciplina, pero también lo es el correcto uso de la misma en pos de que rinda y de frutos en cuanto a lograr un mejor diagnóstico.

En relación con el campo de la educación, ¿cómo es su trabajo en radiología virtual?
La propuesta de integrarme a radiología virtual surgió este año por parte de los doctores Beresñak y García Mónaco a partir de mi trabajo como jefa de residentes. Teníamos ganas que toda la gente que participa de radiología virtual se introdujese en el tema de las tutorías a distancias y en el e-learning. Así se armó un interesante foro de discusión que comenzó con gente de distintas instituciones, acerca de estos puntos. De esta forma, se desarrolló un proyecto que radiología virtual propuso premiar al que representase la mejor idea de tutoría electrónica. Con el servicio del Hospital Italiano y sus residentes presentamos nuestro trabajo, lo que hacíamos nosotros y a partir de eso se consolidó el proyecto que fue premiado. Mi tarea como jefa de residentes fue de coordinación de todo el trabajo.   

¿Qué importancia le adjudica al e-learning en el marco de la educación médica continua?
A partir de esa experiencia quedé muy satisfecha con el trabajo de radiología virtual. De hecho, una de las discusiones que tuvo lugar en el foro es si lo virtual podía relevar a lo presencial. Yo creo que no, que deben ser herramientas complementarias. Lo virtual es realmente algo muy práctico y accesible que permite que, por ejemplo, uno acceda a clases de docentes de gran reconocimiento nacional e internacional desde su casa u oficina. También permite la autoevaluación, que es algo muy importante. Es una gran herramienta que se encuentra en el principio de su gran desarrollo.

¿Algo que quisiera agregar a modo de cierre de esta charla?
Principalmente que tuve un gran apoyo del servicio del Hospital para realizar la experiencia de RSNA. De hecho, antes de participar del curso estuve rotando en Boston y Nueva York, donde realicé trabajos en resonancia. Fue una experiencia muy provechosa que pude llevar adelante gracias al importante aval de la institución donde trabajo.

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