Un estudio llevado a cabo por la Facultad de Medicina Davis, (Departamento de Radiología de Sacramento-Universidad de California), demuestra que las ultrasonografías realizadas con medios de contraste, definen mejor las lesiones en el hígado y en el riñón, que las que no los utilizan.
Se estudiaron lesiones hepáticas y renales, totalizando un número de 22.
Las ultrasonografías realizadas con medios de contraste detectaron 20 (o el 91%) de las lesiones, mientras que las que no utilizaron contraste, sólo pudieron definir 11 de las 22 lesiones, es decir, un 50 %.
El objetivo de las ultrasonografías que se practican en pacientes con lesiones abdominales, es la detección de líquidos, explicó el Dr. John McGahan, autor titular del estudio.
Dicho líquido está compuesto por sangre no coagulada que se aloja en la cavidad peritoneal.
Sin embargo, podría existir un órgano lesionado sin que fluyan líquidos y la detección de la lesión no se podría ver, agregó.
Las ultrasonografías realizadas con medios de contraste, permiten a los radiólogos detectar la lesión propiamente dicha y observar si hay o no flujo de líquido, afirmó.
En una escala que va del 0 (representando la no-visualización) al 3 (representando la definición o visualización).
Al comparar ambas prácticas de ultrasonografía (con y sin medio de contraste), los resultados promedio fueron de 0,67 a 2,33 para las lesiones renales y de 1 a 2,2 para las lesiones hepáticas, informó el Dr. McGahan.
Estamos muy reconfortados por los resultados y podemos afirmar que las ecografías con medios de contraste son mucho más precisas para detectar lesiones orgánicas, concluyó el Dr. McGahan.