Por Patricia Zubata – Director técnica Farmaceútica del Lab. Bacon.
De qué se trata: Es la bacteria responsable de la mayoría de las úlceras estomacales y las gastritis crónicas inespecíficas. Este microorganismo, que infecta la mucosa del tracto digestivo superior, se manifiesta con mayor intensidad en la población de los países en vías de desarrollo. Se la puede identificar en el 90% al 100% de las úlceras duodenales y en el 60% al 100% de las úlceras gástricas. Por otra parte, puede presentarse en forma asintomática puesto que sólo 3 de cada 20 personas infectadas padecen algún tipo de afección.
Su mecanismo de acción consiste en debilitar la cubierta protectora del estómago y permitir así que los jugos digestivos irriten sensiblemente el revestimiento estomacal provocando, a su vez, deficiencias en la absorción de nutrientes, lo que conlleva a un estado nutricional comprometido en determinado tipo de paciente.
La infección puede aparecer en cualquier etapa de la vida si bien, usualmente, el contagio se produce en la niñez. Los científicos no están seguros de la manera en que el H. pylori, se propaga pero creen que puede ser transmitido por medio del agua o alimentos contaminados. Ciertos estudios sugieren, como otra posible vía de propagación, la materia fecal y la saliva de las personas que padecen la infección.
Los posibles síntomas: El portador de H. pylori, es posible que no presente síntomas. No obstante, en caso de padecer úlcera o gastritis, puede experimentar algunos de los siguientes síntomas:
– Dolor abdominal
– Distensión y sensación de saciedad
– Dispepsia o indigestión
– Sentir mucha hambre de 1 a 3 horas después de comer
– Náuseas leves (que se pueden aliviar al vomitar)
LA RELACION ENTRE HELICOBACTER PYLORI Y EL CANCER GASTRICO:
El cáncer gástrico y el linfoma de MALT (linfoma de la mucosa asociada al tejido linfoide) han sido relacionados con H. pylori, por lo que esta bacteria ha sido clasificada dentro del grupo I de carcinógenos por la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer. Si bien es cierto que la asociación de estas enfermedades con H. pylori está basada en información concreta, no está totalmente claro que exista una relación causal involucrada.
COMO SE LA DIAGNOSTICA:
El diagnóstico se puede llevar a cabo mediante el empleo de distintas técnicas como la endoscopía o pruebas no invasivas. Entre estás últimas podemos mencionar: la prueba en sangre, en aliento o en heces del paciente. El Test del aliento es de fácil realización, posee un elevado porcentaje de exactitud diagnóstica, detecta el grado de colonización del tracto gastrointestinal y resulta muy útil para el seguimiento de pacientes como sistema de control de la evolución de la infección luego del tratamiento medicamentoso. Además está recomendado su uso en pacientes pediátricos y embarazadas.
Las pruebas descritas a continuación se realizan a menudo en un entorno ambulatorio como un laboratorio o centro de diagnóstico.
– La prueba de sangre: Se extrae una muestra de sangre del paciente para detectar anticuerpos contra H. pylori.
– La prueba de antígeno en heces: El paciente proporciona una muestra de heces que se analiza para detectar antígenos de H. pylori.
– Test de aliento o aire espirado: Se basa en la fuerte actividad ureasa que presenta este microorganismo. El paciente ingiere un comprimido que contiene urea marcada entonces el H. pylori degrada el principio activo produciendo amoníaco y dióxido de carbono marcado. Este último pasa a los vasos sanguíneos y de allí llega hasta los pulmones para ser liberado en el aire espirado. A cabo de unos pocos minutos, el paciente deberá soplar dentro de un recipiente, soltando así dióxido de carbono de sus pulmones. Si el átomo de carbono marcado se encuentra en el aire expulsado, el H. pylori está presente en su mucosa gástrica.
¿CUAL ES EL TRATAMIENTO?
Para eliminar a H. pylori se usan antibióticos en una terapia combinada con reductores del ácido estomacal pudiendo ser inhibidores de la bomba de protones o antagonistas de los receptores de histamina. Los regímenes de antibióticos pueden diferir en todo el mundo debido a que ciertas cepas de H. pylori se han vuelto resistentes a ciertos antibióticos. Por este motivo, el tratamiento de erradicación puede llegar a ser inefectivo y provocar reacciones adversas en los pacientes o bien generar cepas resistentes a los antibióticos lo que nos indica la clara necesidad de un seguimiento y control pos administración de la terapia medicamentosa con el fin de evitar terapias no efectivas o recaídas.