El Sanatorio Municipal de Buenos Aires acaba de adquirir un angiógrafo Azurion de Philips y estrenar una moderna sala de hemodinamia gracias a ello. Diagnóstico conversó con los doctores Mario Montoya, jefe del servicio de hemodinamia y el Dr. Braian Yampolsky respecto a lo que este nuevo equipo representa para el centro.
Al momento de realizar la compra de un angiógrafo para el Sanatorio Municipal de Buenos Aires, se decidió por el Azurion de Philips considerando que esta es la empresa con mayor desarrollo tecnológico actual en este tipo de angiógrafos.
Para el Dr. Mario Montoya, el poder configurar el equipo a disposición y elegir entre detalles como el 3D y su road map coronario integrado de base, único en el mercado, además del amplio asesoramiento médico con el que cuenta, fueron algunas de las razones que llevaron a la decisión final.
Actualmente el equipo es utilizado principalmente para las áreas de cardiología y hemodinamia, habiendo creado incluso una sala específica de hemodinamia por primera vez en la historia del Sanatorio, en la cual se alberga el equipo.
Inicialmente entonces se trabaja con unidad coronaria y cardiología, explica Montoya, empezando recientemente con ecocardio, Doppler y un equipo de resonancia cardíaca que se une, además del servicio de hemodinamia con cardiología intervencionista, cerrando todo lo que es imágenes necesarias para un óptimo servicio de cardiología.
Destaca en el equipo Azurion la posibilidad de adosar accesorios aparte de los ya incluidos, como un ecógrafo transtorácico, con un aparato que se enchufa al equipo y puede ser visto en pantalla. De por sí, la pantalla del equipo se divide en hasta seis partes, pudiendo de esta forma ser utilizados en una amplia variedad de procedimientos.
A esto se le suma la posibilidad de hacer reconstrucciones tridimensionales, utilizando la sonda 3D en transtorácico de Philips, una de las más avanzadas en el mercado hasta ahora y que el Sanatorio espera pronto agregar a su nuevo equipo.
La expectativa de producción de exámenes es alta, esperando atender a 180 pacientes mensuales en un principio y dejando armada una segunda sala que a fin de año recibirá otro equipo, esta vez un Azurion de piso con similar tecnología y calidad, el cual será utilizado para abarcar la tasa de uso que se espera crezca considerablemente este 2018.
Previo a la adquisición del Azurion, los pacientes del Sanatorio muchas veces debían recurrir a consultas externas, sin embargo, ahora con la instalación de éste para el servicio de imágenes se ha generado un cambio que no pasa desapercibido. “El servicio de imágenes acá fue revolucionario, es la primera vez que hay un equipo de hemodinamia en el Sanatorio” explica Montoya, “hubo que tirar un piso abajo y nos llevó 14 meses armar este servicio de hemodinamia, ya que no es sólo poner un equipo, sino abarcar detalles desde el material, los insumos, los recursos humanos… Es enorme el esfuerzo que hay que poner”.
Los beneficios del Azurion para un servicio de hemodinamia más eficiente para poder obtener una vista de las arterias es necesario el uso de medios de contraste, en este caso se utiliza el iodo y sus múltiples tipos de contrastes – iónicos o no iónicos. Cuanto más iodo tenga el medio de contraste, mejor es la visión de la arteria, sin embargo, también resulta siendo más dañino para los riñones. Dado que el Azurion cuenta con excelente visibilidad, es posible usar contrastes de menor potencia, afectando cada vez menos al paciente.
Así mismo, funciones como la Rotacional ayudan a mejorar el servicio, dado que ella consiste en que en una sola inyección el equipo rota sobre su eje mientras va filmando todos su trayectos, creando una película en movimiento y dando el efecto de varias proyecciones dentro de una sola. A esta se le suma el CardioSpin, que permite que el equipo gire por todo el abdomen del paciente, hacia atrás y terminando al otro lado de la cabeza, logrando que los tiempos de estudio y cantidad de contraste se reduzcan al necesitar únicamente una proyección para finalizar.
De vuelta a la calidad de imagen, al ser la del Azurion tan óptima y en conjunto con la posibilidad de regulación de dosis, amperaje y voltaje, baja considerablemente el tiempo de exposición del paciente a los rayos, por tanto causando menos daños: “Cuanto más aumentas el amperaje y el voltaje más irradias al paciente” señala Yampolsky, “la potencia que tiene la radioscopía se la das vos, antes eso no se podía regular y a todos les daba la misma radiación”.
Para el Dr. Montoya todas estas variables – baja exposición, disposición de los tiempos del paciente, utilización de contrastes no iónicos – hacen que la hemodinamia se encuentre en mejor punto posible hoy día. La menor cantidad de radiación posible para el paciente y el médico y la menor cantidad de contraste a utilizar en el menor tiempo posible para hacer el procedimiento, permiten atender a más personas y mejorar el flujo de trabajo considerablemente.
Tras 27 años trabajando en el Sanatorio y ahora contando con la última tecnología mundial al alcance de sus pacientes, el Dr. Montoya afirma que todo apunta hacia lo mejor para los usuarios, cosa que viene de contar con el equipo más completo, permitiendo que los profesionales puedan trabajar con todo lo que necesiten.
“Más allá de la tecnología, me siento contento que el proyecto se hizo acá, con los pacientes de acá, el lugar donde me formé” exclama Montoya, afirmando que para el Sanatorio un servicio de hemodinamia era sumamente necesario.
Con el apoyo de Mediter se cumple un sueño, pudiendo ofrecer a los usuarios del Sanatorio Municipal un servicio de alto nivel, cosa que esperan se expanda a otras prestaciones: “Ahora estamos apuntando a que la patología se centre en lo más importante que es el corazón del Sanatorio, cardio, vascular y periférico en función de las necesidades. Todo lo demás se dejará para un futuro en un segundo o tercer equipo”, afirma el Dr. Montoya.
Para este, el mayor reto resulta siendo el de educar al staff en el uso de una sala híbrida, lo que quiere decir que no es un quirófano, aunque tenga la posibilidad de convertirse en uno frente a la complicación de un paciente, proceso que se encuentra en marcha con ansias de ofrecer el mejor y más completo servicio posible.